
Me acaban de regalar un libro..., esa es la historia de mi vida. No me quejo. Es un libro de edición cuidada, casi lujosa de Edicions Salòria, de La Seu d’Urgel. Pertenece a la colección Pirineu d’Art y es el cuarto libro editado en ella, en 2022.
La pintura mural romànica a la Vall de Boí, es su título y la autora es Montserrat Pagès i Paretas, doctora en historia del arte, que ha sido conservadora de pintura románica en el MNAC (Museu Nacional d’Art de Catalunya). Es miembro de diversas sociedades culturales y autora de varios libros.
Hablemos de lo que nos dice el libro y cómo lo dice.
Curiosamente no comienza con la historia del valle, ni de sus obras, sino con el descubrimiento de las pinturas a comienzos del siglo XX. Describe su salvamento, adquisición y traslado al Museo, entre 1919 y 1923. Una segunda etapa de traslado y descubrimiento, larga y minuciosa, se produce entre 1960 y 2017.
No es hasta el capítulo cuarto cuando se nos cuenta la historia de La Vall en los siglos XI y XII. Hay una constancia documental en 1064, en un momento convulso.
El siguiente capítulo, gran capítulo, trata de los tres grandes conjuntos de pintura mural:
- SantJoandeBoí,elmásantiguo.
- Sant Climent de Taüll, la obra maestra.
- Santa Maria de Taüll y sus dos estilos.
No pienso ponerme a explicar las 125 páginas de texto, repletas de fotografías, me ceñiré muy someramente a algunos capitulos internos del dedicado a Sant Climent. Páginas 86 a 94.
L’estil del mestre de Taüll: el rostre i expressió del Crist de Taüll. La autora dice, y dice bien, que este rostro es el que define el estilo del ábside, con su mirada, que lleva a recordar un verso del himno medieval, Dies irae: “Rex tremendae majestatis”. Sí, una mirada intensa, penetrante, extraordinaria... que no se puede resistir.
Y de la página 94 destaco la Inscripció de consagració de Sant Climent de Taüll, pintada en la primera columna de la nave, al lado del evangelio, cerca del ábside.
Reconozco que, además de no parecer fácil de conseguir el libro en cualquier librería, debe ser bastante caro. Pero, sorpresa, las numerosas y estupendas fotografías que llenan el libro, están tomadas en el Museu Nacional d’Art de Catalunya, donde estas pinturas reposan. Y nos esperan. Y el Museo, para muchos y muchas, está aquí al lado, a golpe de metro aunque haya que hacer transbordo y con ferrocarriles y muchas líneas de autobús en la Plaça d’Espanya.
Mi invitación de hoy es que hagáis vivo el Museo con vuestra presencia, con vuestra intensa recepción a todos los niveles: artístico, histórico y religioso... Para los que creemos en el Evangelio, esas pinturas son un catecismo de fe y oración, que podemos contemplar en toda su amplitud y hondura.
Id al MNAC. Disfrutad, emocionaros, contemplad despacio y orad. Podemos hacerlo.
María Jesús Ramos Narro